Todo
aquello que nos pasa en la vida lo atraemos, consciente o
inconscientemente, nosotros mismos a trabes de pensamientos,
emociones, patrones de conducta... pero sobre todo por las memorias
celulares que tenemos impresas en nuestros cuerpos sutiles. Estas
memorias (conocidas por algunos como el Karma) atraen muchas veces,
si no la mayoría, acontecimientos que no nos son agradables,
acontecimientos que van acompañados de dolor, dudas, miedos,
bloqueos... La P.M.T. o Pyramidal Memories Transmutation nos ayuda
a transmutar esas memorias sin tener, en el mayor de los casos, que
pasar por la experiencia dolorosa que nos permita tomar consciencia
de que memoria esta atrayendo cierto tipo de acontecimiento y, por
tanto, trabajar en ello. Pero hay ocasiones en que el alma ha
decidido pasar cierta experiencia, y la P.m.t. no ha sido concebida
para “robar” a nadie su experiencia personal. En esos casos la
P.M.T. actuá mitigando el dolor que pudiese acompañar a la
experiencia. En cualquier caso es el alma de la persona que recive la
sesión la que decide que memorias esta preparada para transmutar y
cual no. Acelerando mucho, de esta manera, el proceso de evolución
de la persona que, haciendo sesión una vez por mes, ara el trabajo
en 7 meses que sin ayuda de la P.M.T. le habría costado 5 años.
La
P.M.T es una tecnología cuántica que, como he dicho, nos ayuda a
acelerar el proceso de transmutación de memorias o “karma”
gracias a unos codificadores de vidrio, llamados ADN 850. Los cuales
tienen en su interior un filamento de Adn con mas de 11000 códigos
impresos en este filamento de luz, por su descubridor Joel
Ducatillon, a través de la transposición de estos códigos a
números y los números a notas musicales. Colocando 5 de estos
codificadores alrededor y bajo la silla en la que esté sentada la
persona que recive la sesión, se forma a su alrededor una doble
pirámide energética que eleva la vibración de los cuerpos sutiles
de la persona a 5ªdimensión. Haciendo de este modo que las memorias
celulares se densifiquen en una sala de transmutación, no visible al
ojo humano, alrededor de la persona. El operador solo deberá pasar
con otro codificador, identificando la localización de esas
memorias, para “quemarlas". En los siguientes 15 a 20 días el
trabajo hecho a nivel energético empezará a notarse a nivel físico,
pudiendo manifestar cambios de humor, cansancio físico... y otras
reacciones propias de estar transmutando aquello que su alma ya no
quiere para sí.